lunes, 17 de noviembre de 2008

Niña de grandes ojos, de miradas que todo lo captan, siempre ingenua por naturaleza, inteligente, callada y reservada. Potrillo salvaje sin riendas, huracán de sentimientos que van y vuelven al compás del viento. ¡Deja ya de nadar entre humos de palabras, de fantasear con fantasmas que jamás se atrapan, de perseguir nubes que nunca se alcanzan! Los golpes de tu cruda vida, hace tiempo que debieron enseñarte a lamer tus heridas, a abandonar tu mundo de cuentos de hadas, a endurecer tu piel y tu alma.Y a pesar de todo el dolor…,de esa tristeza hospedada en el fondo de tu mirada, sigues persiguiendo en las noches serenas el brillo de cada estrella.

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